Las crónicas reseñan efemérides ((ver)) y cuentan que un día como hoy, hace 25 años, culminaba la irrepetible mortalidad de Jorge Luis Borges.
Distintos medios reflejaron la "noticia", así, por ejemplo, el portal "argentina.ar" ((ver)) y también La Nación ((ver)), Clarín ((ver)), Perfíl ((ver)). Todas tienen un punto en común, como en "El Aleph", concentran en la sola expresión "Borges" toda su obra. Son más que seis letras que definen un estilo contemporáneo inigualable.
En lo personal me gustó el análisis que realizó Guillermo Martínez en "La fórmula de la inmortalidad" (Buenos Aires, 2005). Allí, en el breviario dedicado a "Los juicios de los tiempos" de pág. 13 y sig., expresa el autor:
"También Borges acepta al tiempo como supremo antólogo: «Podemos conocer a los antiguos, podemos conocer a los clásicos, podemos conocer a los escritores del siglo XIX y a los del principio de nuestro, que ya declina. Harto más arduo es conocer a los contemporáneos. Son demasiados y el tiempo no ha revelado aún su antología»".
Y Martínez da su explicación al respecto:
Los juicios del tiempo son los juicios de la posteridad, no son, después de todo, sino los juicios de otros hombres del tiempo por venir. Tener fe en los juicios del tiempo –agrega Martínez– requiere implícitamente de una segunda fe, mucho más dudosa: la de suponer que los hombres del futuro serán de alguna forma mejores, o más ecuánimes, o más sabios...
...que tendrán balanzas de mayor precisión y podrán revisarlo todo, sopesarlo todo, comprenderlo todo. Que entenderán más y no cometerán arbitrariedades ni olvidos ni errores...
Pero del mismo modo –cierra Martínez– podría ocurrir que entendieran menos. Los tiempos por venir, presiente y declara su personaje, pueden ser todavía mucho más sordos y ciegos...
Las palabras de Borges sobre los libros clásicos ("Obras completas", Buenos Aires, T. II, p. 182) cierran el círculo de esta breve reflexión. Expresa que "clásico... no es un libro que necesariamente posee tales o cuales méritos; es un libro que las generaciones de los hombres, urgidas por diversas razones, leen con previo fervor y con misteriosa lealtad".
Como sea, y parafraseando a Borges en "Eternidades" ("Obras" cit., T. II, p. 538), si "sólo perduran en el tiempo las cosas que no fueron del tiempo...", ¿quién puede dar la talla de un hombre que transmutó su vigencia presente con el pasado y con el futuro? Borges es clásico porque no era de su tiempo sino de todos. Esto se ratifica con la emoción, tal la advertencia, que fluye de los lectores anónimos.
Curiosidades también sobre Borges.
Hay un libro escrito desde el derecho, por Eduardo García de Enterría, catedrático español de Derecho Administrativo, dedicado a Borges, titulado "La poesía de Borges y otros ensayos" (Madrid, 1992). También hay críticas. Por ejemplo, la de Mario Bunge en su libro "100 ideas" (Buenos Aires, 2010) que, en pág. 33, expresa que "Borges me asombra, interesa y admira, pero no me emociona..."; dice que su obra "no conmueve". Habría muchas más referencias para hacer. No puedo abarcarlas a todas. Excede mi capacidad. Sólo sé que leo al Borges que alimenta mi pequeña biblioteca y cada vez me emociona...
Semblanza de "Borges" según Borges ("Obras", cit., T. III, p. 134).
Mis libros (que no saben que yo existo)
son parte de mi como este rostro
de sienes grises y de grises ojos
que vanamente busco en los cristales
y que recorro con la mano cóncava.
No sin alguna lógica amargura
pienso que las palabras esenciales
que me expresan están en esas hojas
que no saben quién soy, no en las que he escrito.
Mejor así. Las voces de los muertos me dirán para siempre.
Borges: 25 años no son nada...!!