Preparando una tesina, recorriendo los pasillos intelectuales que propone Morello en su visión del proceso, alrededor del mundo y en los trajinados días argentinos (en "El derecho y nosotros", La Plata, 2000), encontré una referencia a Magris. Leído ocasionalmente y al pasar no deparé lo suficiente en él como para percatarme de la profundidad de su prosa.
Hice un breve recorrido (me obligué, pues distraje tiempo precioso al análisis de las entelequias procesales) por las referencias de La Nación y di con trabajos tan breves como brillantes en la exposición de la "realidad".
Una síntesis personal ahora, para matizar, con promesa de mas.
En la nota publicada en "La Nación", el día 29 de diciembre de 1999, titulada: "¿Pero antes el futuro era mejor?", Claudio Magris dice:
"...la consciencia de que existen contradicciones en involuciones en la historia y el conocimiento desencantado del mal, de la oscuridad y de la podredumbre que anida en nuestro corazón -en todo corazón, aún en el más noble y puro, y en el corazón de toda la humanidad- son muy diferentes del desconocimiento vulgar y mezquino de la grandeza y del amor, que existen también en el hombre, y de su posibilidad de no ser esclavo..."
"...progreso, libertad, humanidad, resistencia a la tiranía suenan, a menudo, como una palabrería retórico..."
"...un verdadero iluminista, carente de ingenuidad y enfática pedantería, no puede ser sino pesimista, esto es, consciente de cuan frágil es la luz de la razón, expuesta interna y externamente a todas las distorciones, errores y desviaciones: una precaria llamita en la inmensa noche del infierno individual y de la historia colectiva. Y justamente por eso no es el caso apagarla, porque sin esa llamita no vemos nada, nos nos percatamos siquiera de la oscuridad de la noche..."