16 de noviembre de 2012

Pensamiento sistémico: diseño y realidad

Estoy leyendo –por momentos– el libro de Enrique Herrscher, titulado "Pensamiento sistémico", y, entre muchas otras ideas, encontré esta que permite una extrapolación a otra realidad (cualquiera sea ésta).

En el capítulo dedicado a "El diseño de los sistemas" (ps. 109/144) expresa el A., sintéticamente, lo siguiente:
  • antes no hacía falta diseñar (la organización), cada uno sabía lo que había que hacer... hoy el diseño adquirió importancia por cuestión del tamaño... 
  • pese a que la complejidad de los sistemas no es función del tamaño sino de la cantidad de variables, es indudable que al crecer la organización, aumenta la cantidad de variables y, sobre todo, la distancia en sentido organizacional entre los que dan órdenes y los que las cumplen...
  • lo más significativo es el debilitamiento de lo llamado "paradigma de comando y control", o sea:
    • la tajante separación entre decisión y ejecución
    • la suposición de que cuanto más arriba estamos, más sabemos
    • y la creencia de que se puede controlar todo
  • hoy, en un mundo de incertidumbre, de contextos y estrategias inestables, de negocios que continuamente deben reinventarse, y de comunicación instantánea global, muchas veces:
    • el de "abajo" sabe más que el de "arriba"
    • la ejecución modifica la decisión
    • la posibilidad de controlar todo se ha vuelto una utopía...



En suma: el aumento de la cantidad de variables y el control de la ejecución de las decisiones son dos cuestiones determinantes de las organizaciones hoy.

Pregunta: ¿qué hacer al respecto? Y, siguiendo a Herrscher, podría contestarse que se debe cambiar la noción de autoridad: de poder sobre... pasar a poder para...; ello implicaría reemplazar la delegación (¿gobierno representativo?), con la que transferíamos el poder, por el "empowerment" ((ver)), con que se duplica el poder; pasando de supervisar (control) a aprender el funcionamiento de la organización... 

Reflexión: Si la organización social es un sistema abierto, donde cada decisión y ejecución, debe estar sujeta a control, y su desviación al rediseño y, eventualmente, a la sanción, lo que se haga o deje de hacer en las circunstancias actuales tiene consecuencias ecológicas para todos

Reflexión bis: El "poder sobre" (los ciudadanos, el destino, etc.) no va más. Ahora deberíamos reafirmar el "poder para", esto es, el poder finalista, teleológico, como el que surgiría, por ejemplo, de la constitución de un país, en tanto representa la regla básica de la organización social. Así, en tanto disponen (habitualmente) de "medios" o funciones (a los que se deben ajustar, precisamente, los "funcionarios") y prevé los fines, los "para que" sociales (que deben cumplir esos funcionarios).

En síntesis: hoy para solucionar los problemas sociales debe ponerse el acento en el poder para hacer aquello para lo que han sido delegadas las facultades acotadas en la regla básica de organización social.
 

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