El dinero convierte todas las riquezas en simples cantidades, facilitando por esta vía el tráfico jurídico... para una correcta medición se necesita que la medida de valor sea invariable... a lo largo del tiempo.
Veamos esquemáticamente el dinero, su función y depreciación desde lo clásico, un servicio público y el tiempo circular de Borges y Belgrano.
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Lo clásico sobre el dinero:
Funciones económicas de la moneda:
- medida de valor de bienes y servicios.
- instrumento de cambio (poder de compra).
- unidad de cuenta.
- medio de ahorro.
Funciones jurídicas de la moneda:
- dinero constituye un medio de pago, un instrumento de cancelación de los créditos
- visión institucional: crédito-deuda-obligación-cumplimiento-responsabilidad, en la fórmula el dinero cumple una función "pro solvendo" o "pro soluto".
- para que cumpla tales roles el Estado le impone "curso forzoso", conlleva curso legal y efecto cancelatorio.
Clases de monedas:
- moneda metálica.
- moneda papel (título de crédito contra el Estado o una entidad bancaria autorizada).
- papel moneda (billete emitido por el Estado sin respaldo en oro o divisas extranjeras no convertible, dinero "fiduciario"; esto es, depende de la confianza pública).
- moneda electrónica (banca electrónica autorizada).
Épocas inflacionarias (características)
- emisión sostenida de dinero.
- devaluación (pérdida del valor) del dinero.
- valor nominal del dinero es impuesto por el Estado emisor que no necesariamente coincide con el real valor de cambio [una confusión entre dogmas y dogmatismos ((ver))], que es un valor relativo a otras monedas o en relación con los bienes y servicios.
- aumenta la circulación monetaria [disminuye valor intrínseco y degenera en el conflicto entre monedas buenas y malas ((ver))]; aumentan los precios de mercaderías (escasas) como consecuencia.
- el dinero es una mercadería de intercambio que vale, en última instancia, lo que afirma el mercado.
- la inflación produce problemas jurídicos y económicos, que repercuten invariablemente en la sociedad al afectar el valor de cambio, porque:
- distorsiona los precios relativos de bienes y servicios, y
- distorsiona los costos de los derechos y las obligaciones.
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La moneda cumple también una función de servicio público Explicó López Olaciregui (1954): "la función del Estado en cuanto dispensador del servicio público monetario, no será ya la de defender la moneda en sí misma, y tampoco la de defender sus propios intereses fiscales en cuanto tenga conexión con los problemas monetarios, por el contrario, su función consistirá en obtener que la moneda y el régimen monetario sean dirigidos al bienestar colectivo, o, como tiene dicho la Corte Suprema, al bienestar del hombre a quien sirve, como todo servicio público controlado y dirigido por el Estado".
Es recomendable, a esta hora, refrescar la lectura de los libros clásicos sobre Obligaciones o Derecho Civil II; o los específicos sobre depreciación o inflación. Por mi parte, tengo a mano un buen libro que adquirí en 1998, de Lilian Gurfinkel de Wendy, "Depreciación monetaria" (Buenos Aires, 1977). (Costó menos de lo que valía para mí; claro: ¿por qué el librero podría pensar que ese libro del año 1977 sobre depreciación de la moneda, tendría algún valor en pleno auge de la estabilidad a instancia de una ley de convertibilidad?).
No hay que perder de vista que en Argentina pareciera que, de algún "modo", los hechos están llamados a repetirse en el tiempo...
Borges escribió en el libro "Historia de la eternidad" (ver: "Obras completas", 2008, I, p. 415 y sig.) un texto dedicado al "tiempo circular" (p. 469). Inicia diciendo: "Yo suelo regresar eternamente al Eterno Regreso...", y explica sus tres "modos" fundamentales:
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Tiempo - Dali |
- Argumento astrológico: El primer "modo" corresponde a Platón que, en el Timeo, afirma que los siete planetas, equilibradas sus diversas velocidades, regresarán al punto inicial de partida: revolución que constituye el año perfecto.
- Principio algebraico: Este segundo "modo" corresponde a Nietzsche, y se justifica en la observación del número "n" de objetos, que es incapaz de un número infinito de variaciones... agrega: no imaginemos la materia infinita, como lo hizo Epicuro; imaginémosla finita; un número finito de partículas no es susceptible de infinitas transposiciones; en una duración eterna, todos los órdenes y colocaciones posibles ocurrirán un número infinito de veces; concluye Borges: este mundo, con todos sus detalles, hasta los más minúsculos, ha sido elaborado y aniquilado, y será elaborado y aniquilado: infinitamente.
- Ciclos similares: El tercer "modo", menos pavoroso y melodramático, es el único imaginable. Cita a Marco Aurelio, y dice: recuerda que ninguno pierde otra vida que la que vive ahora ni vive otra que la que pierde; el término más largo y el más breve son, pues, iguales; el presente es de todos; morir es perder el presente, que es un lapso brevísimo; nadie pierde el pasado ni el porvenir, pues a nadie pueden quitarle lo que no tiene; recuerda que todas las cosas giran y vuelven a girar por las mismas órbitas y que para el espectador es igual verlas un siglo o dos o infinitamente...
- Concluye Borges lo siguiente: si se leen con seriedad los "modos" del eterno regreso, se verá que declaran, o presuponen, dos curiosas ideas:
- la primera, negar la realidad del pasado y del porvenir; cita a Schopenhauer: "la forma de aparición de la voluntad es sólo el presente, no el pasado ni el porvenir; éstos no existen más que para el concepto y por el encadenamiento de la consciencia, sometida al principio de la razón; nadie ha vivido en el pasado, nadie vivirá en el porvenir; el presente es la forma de toda la vida..."
- la segunda, negar como en el Eclesiastés, cualquier novedad; la conjetura de que todas las experiencias del hombre son (de algún modo, dice Borges) análogas, puede a primera vista parecer un mero empobrecimiento del mundo...
En tiempos de auge la conjetura de que la existencia del hombre es una cantidad constante, invariable, puede entristecer o irritar; en tiempos que declinan (como estos, dice Borges), es la promesa de que ningún oprobio ((ver)), ninguna calamidad, ningún dictador podrá empobrecernos...
J.L.Borges
Manuel Belgrano (1770-1820) ((ver)) ((ver)), a esta hora, se me ocurre Borgiano; o, dicho de otra manera, Borges siguió en su conclusión (de algún "modo" imaginable) a Belgrano, en tanto éste expresó:
"Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que sabe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte, mudar de tiranos, sin destruir la tiranía"
Quizás... la forma de dar solución a la continuidad del tiempo circular sea intentar cada vez agregar valor a la experiencia del presente, y procurar que nuestros pequeños "mundos" personales no sean empobrecidos en el camino del pasado al porvenir...
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